martes, 29 de diciembre de 2009

comunicado de prensa Convivir sin racismo 29 diciembre 2009

Convivir sin racismo pide una solución justa para el Bar de Melanie.

La historia de Melanie Kakpo comienza en 2007, cuando tras muchos años de sacrificio decide montar su propio negocio: un bar en la calle Actor José Crespo, nº5, en el Barrio del Carmen de la capital murciana. Desde el comienzo de las obras supo que su sueño iba a ser difícil de conseguir. La oposición de una pequeña parte de la comunidad de vecinos del edificio iba a adoptar varias formas posibles, legales e ilegales, desde el chantaje a la amenaza, pasando por constantes e infundadas denuncias a la policía local, a los técnicos de urbanismo,… un cóctel de actuaciones y declaraciones, algunas de evidente contenido racista, que ha impedido que el bar de Melanie pueda funcionar con normalidad.

Convivir sin racismo de Murcia tuvo conocimiento del caso de Melanie hace más de seis meses. Desde entonces la hemos acompañado en diversas gestiones de mediación con los vecinos, fallidas todas ellas, le hemos prestado asesoramiento legal y realizado acciones ante diversos órganos administrativos. Considerando las informaciones que tenemos de forma directa, pensamos que no estamos ante un caso más de problemas por las molestias que puede ocasionar un bar en una comunidad de vecinos, sino que en este caso nos encontramos con evidentes elementos racistas y xenófobos que dificultan todavía más la necesaria convivencia basada en la tolerancia y el respeto a la legalidad.

Para garantizar que todos los derechos de todas las personas sean respetados de igual manera es necesario que la sociedad murciana, sus asociaciones y sus instituciones condenen cualquier acto de discriminación contra cualquiera de sus integrantes, de sus ciudadanos. Y que de la condena pasemos a la búsqueda de soluciones basadas en el respeto a los derechos de todos, como establecen las leyes y normas vigentes.

Desde nuestra posición contra el racismo, la xenofobia y la defensa por la igualdad entre las personas, independientemente de su origen, denunciamos que se están multiplicando las situaciones en que el extranjero percibe y padece una discriminación en su vida diaria, buscando una vivienda, en la educación de sus hijos, en un centro de salud, en su trabajo o intentando buscarse la vida con un negocio como es el caso de Melanie.

Queremos una sociedad murciana informada y exigente para que se tomen las medidas necesarias para impulsar el respeto de la legalidad, la igualdad de derechos y oportunidades y la no-discriminación de las personas. Porque todas las personas que vivimos en esta tierra formamos su ciudadanía, y todos sus integrantes deberíamos tener y recibir los mismos derechos y respeto en una Murcia abierta y generosa, como proclama su tradición, y que a veces parece olvidar su propio pasado migrante. Cualquier acto de racismo, y este sin duda lo es, que todavía pervive en una parte de la ciudadanía murciana debe ser condenado y denunciado, si realmente queremos una sociedad murciana más integrada en su diversidad, más justa y más solidaria.

Para más información

convivirsinracismo@hotmail.com

El calvario de Melanie

Afirma que algunos vecinos le han puesto todo tipo de trabas para impedir que siga adelante con su negocio en El Carmen Una joven de Costa de Marfil denuncia «acoso y...

http://www.laverdad.es/murcia/20091229/murcia/calvario-melanie-20091229.html

La Verdad. MURCIA. 29/12/09. M. DE LA VIEJA MURCIA.

Afirma que algunos vecinos le han puesto todo tipo de trabas para impedir que siga adelante con su negocio en El Carmen.

Una joven de Costa de Marfil denuncia «acoso y racismo» tras abrir un bar.

Melanie Kapu es una joven natural de Costa de Marfil que llegó a Murcia con la ilusión de labrar su futuro. Hace dos años arrendó un local en la calle Actor José Crespo, en el barrio del Carmen, con el fin de instalar un bar e invirtió en su adecuación y decoración todos sus ahorros, que ascendían a unos 30.000 euros.

Pero el camino no ha sido fácil para Melanie, porque pronto encontró la oposición de algunos vecinos, que le han puesto «todo tipo de trabas» para que pueda desarrollar su actividad, pese a tener las correspondientes licencias municipales. Según declaraciones de Susana Esoloy Diabayate Ibrahima, dos compatriotas de Melanie, que la ayudan en su negocio, y que confirma la propia Melanie, los vecinos no dejan que enchufen el aire acondicionado, alegando que hace demasiado ruido, cuando la vecina del piso superior del bar tiene su aparato sobre la puerta del local y el desagüe del compresor baja por la fachada del bar hasta la acera, cosa que está prohibida por la ordenanza.

No le permiten que instale la salida de humos, ni que instale el compresor del aire acondicionado en la terraza, por lo que le niegan el acceso a dicha parte del edificio, pese a tener derecho a ello por ser arrendataria de un bajo. Tampoco le permiten instalar una cocina en el local, donde preparar las tapas, y por ello tienen que elaborarlas fuera del establecimiento y traerlas todos los días. La salida de humos de la cocina sería por el patio de luces, al que dan las cocinas de las viviendas, por lo que no causaría mayor perjuicio.

También se niegan a que pongan música e incluso le piden que apague la televisión «porque molesta».
Pero lo que más les duele a todos es que el rechazo vecinal está basado en que algunos de ellos no quieren tener «un bar de negros» bajo su domicilio, según han declarado públicamente, llegando incluso a echar sobre los clientes agua, y otro tipo de objetos, con el fin de ahuyentarlos.
Algunos vecinos le acosan con continuas denuncias a la Policía Local por ruidos, peleas y otras alteraciones del orden público, por lo que las visitas de los agentes al bar son muy frecuentes, sin que hasta el momento hayan encontrado ningún motivo que justifique las denuncias.
Puestos en comunicación con Joaquín Molina, secretario del sindicato mayoritario de la Policía Local de Murcia, a instancias de una de las asociaciones que apoyan a Melanie, éste señaló que desconoce si existe algún tipo de anomalía en el bar de Melanie, por lo que no puede opinar abiertamente, pero que ellos están totalmente en contra de las conductas xenófobas.
Cuando Melanie intentó negociar con la comunidad de vecinos que la dejaran instalar el aire acondicionado, la respuesta fue que «la dejaban a condición de que no hubiese negros en los bancos del parque ni en la puerta del bar». Melanie, que ayer estaba acompañada por Juan Guirado, de la asociación Convivir sin Racismo, dice sentirse desesperada. No puede cerrar el bar si nadie la indemniza con una cantidad que cubra como mínimo los gastos que ha tenido. Pero en el fondo de su corazón lo que le duele es que todo pueda ser por el color de su piel.

El Ayuntamiento retiró tres bancos «por quejas vecinales»

Con el fin de contrastar opiniones, 'La Verdad' intentó ponerse en contacto ayer con los vecinos de Melanie. Pese a pulsar todos los timbres, nadie quiso responder a las preguntas de esta Redacción. Una vecina remitió a los pisos 8-F y 4ºE, señalando que allí responderían. En el 8º-F reside, según informaron, el presidente de la comunidad, pero no se obtuvo respuesta. La dueña del 4º E tan sólo quiso hablar por el interfono y aseguró que sus motivos de queja estriban en que el bar de Melanie «es muy extraño, no es un bar normal, y por la noche hacen tanto ruido que no dejan dormir a los niños». La concejal de Medio Ambiente corroboró ayer que «en dicha calle había cinco bancos y hemos retirado tres, por petición de los vecinos y tras consultar con la presidenta de la junta de distrito, María José Laorden. Las quejas eran por ruidos y molestias «hasta altas horas de la noche, sin que exista ningún motivo racista ni xenófobo», asegura la concejal.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Convivir Sin Racismo y el Caso Melanie

A continuación reproducimos el testimonio de Adela, de Convivir sin Racismo, que ha ayudado a Melanie desde mayo en sus gestiones con el abogado para mediar con los vecinos:

21 de mayo
Jacques me llama y nos informa de la situación que está pasando Melanie, que está llorando y no sabía lo que hacer, si ella podía legalmente hacer algo.

26 de mayo
Ricardo –el abogado- y yo quedamos en el bar para conocer a Melanie, para que nos contase su caso y ver las posibilidades de actuación tanto a nivel legal como en cuanto a poder mediar ante los vecinos para solucionar el problema.
Después de escuchar a Melanie, Ricardo decide que lo mejor en principio es tratar de solucionar las cosas hablando con la gente.
Se pone en contacto con el administrador del edificio. Éste le comenta que es una situación muy especial, que los vecinos no quieren darle la llave, además de los otros problemas, y que él no puede hacer nada. Después de varias llamadas, Ricardo consigue que se haga una reunión con todos los vecinos para ver el problema y, con su experiencia, conseguir aclarar posibles malos entendidos…

11 de Junio
Se convoca la reunión con los vecinos. Asisten unos 10 vecinos, el administrador, Ricardo y Adela.
“Fue sorprendente. Al principio nos presentamos todos, se notaba mucha tensión que en el transcurso de la misma se fue confirmando.”
Ricardo preguntó cuál era el problema, por qué no se le daba una llave para poder tener acceso a la terraza por parte de Melanie ya que ella era una vecina más de la comunidad. Todo eran pegas por su parte: que si no cumplía, que si ella era del bajo y no de la portería, etc.
En ningún momento por parte de Ricardo se les acusó de racismo. Si es cierto que, con las preguntas que les iba haciendo, los llevó al punto en que una de las presentes dijo “Sí, yo soy racista, y qué, no quiero NEGROS EN MI EDIFICIO”. Esta actitud fue seguida por otra persona y por el silencio de los demás. Llegados a este punto Ricardo se levantó y dijo que en una reunión donde se plantean ese tipo de problemas y se suscitaban estas reacciones, en realidad todo el problema que tenían es un tema de RACISMO.

20 de Junio
Ricardo llama a la dueña del local, diciéndole que ella como arrendataria tiene la obligación de facilitar las llaves o acompañarla para que tenga acceso a la terraza, con el fin de poder corregir los ruidos producidos por el aparato de aire acondicionado. Dice que sí en principio, pero después de unos días me comenta que eso sólo lo puede hacer la presidenta de la escalera. (¿No era presidente?)

Finales de Julio: recurso a Urbanismo.
En el mes de agosto siguen las denuncias en la policía por parte de los vecinos. La dueña no hace nada para facilitar el acceso de Melanie a la terraza para solucionar el problema del aire acondicionado. Ricardo decide hablar con algún compañero de Penal, pues este tema debe de tomar otra vía. Habla con José Luis Mazón, pero él no puede cogerlo y se lo pasa a una compañera, Isabel Cánovas.

20 de Septiembre
Tenemos la primera entrevista con Isabel Cánovas, donde se le plantea el problema, después de escucharla le dice que tiene dos opciones.
1- Tratar de rescindir el contrato con la dueña puesto que éste se hizo por 10 años con el fin de tener que pagar y poderse marchar a otro sitio.
2- Ir a por todas denunciando la situación de racismo, y que ella se pueda quedar allí sin tener que perder su inversión de 30.000,00 €.

En principio Melanie se decide por la primera, pues está cansada de luchar, los clientes no van por las incesantes visitas de la policía y se ve agobiada por no poder pagar… como ella misma me decía, se sentía como si estuviese robando, y ella no estaba acostumbrada a eso.

En esa reunión se le dice a Isabel que, aunque ella decida la otra opción, desde Convivir sin Racismo queremos la segunda opción: denunciar esta situación y llegar hasta donde se pueda.
Ella sola no puede ganar esta batalla ni reparar esta tremenda injusticia que, a estas alturas, hiere la sensibilidad de cualquiera. Sólo el apoyo de todos nosotros, de toda la sociedad, de los medios de comunicación y de las instituciones públicas puede conseguir poner a esta turba racista en su sitio y demostrar a Melanie que su sueño valía la pena, que España es un país donde estas cosas no pasan, y si pasan no son toleradas.

Amenazas y terror cotidianos: “No pararé hasta que le abra la cabeza a un negro”

Desde entonces son continuas las amenazas. Hay vecinos que, con una absoluta falta de respeto, derraman agua sobre los clientes que entran o salen del bar. El pasado mes de junio una vecina que arrojaba cosas sobre los clientes, gritó: “No pararé hasta que le abra la cabeza a un negro”.
Ahora, en el otoño de 2009, Melanie se encuentra al borde de la desesperación y muy cerca de tirar la toalla. Su gran ilusión, en la que invirtió con muchísimo esfuerzo más de 30.000 euros que perderá íntegramente, se ha transformado en una pesadilla de prejuicios, odio e intolerancia.

“No queremos negros en la puerta”: el propio Ayuntamiento, cómplice

Las condiciones de tinte racista han estado presentes durante toda la pesadilla de Melanie. Le permitieron colocar el aparato de aire acondicionado a condición de que “no hubiese negros en los bancos del parque ni en la puerta”. Como esta condición era difícil de cumplir, la comunidad de vecinos solicitó al ayuntamiento que retirara los bancos públicos frente a la puerta del bar, cosa que el consistorio municipal hizo.

“Cómprame mi casa y te dejaré en paz”: Codicia, chantaje y racismo… un cóctel explosivo

Por extraña que fuese la situación de Melanie, siempre era susceptible de empeorar. Los vecinos comenzaron a llamar a la policía denunciando supuestas peleas que nunca eran tales. Esto queda suficientemente demostrado en los informes de policía local y nacional. Ningún agente encontró nunca ninguna situación como las denunciadas de forma cobarde y anónima.
Un día Susana le propuso a Melanie que si le compraba o alquilaba su casa la dejaría en paz. Pero Melanie no podía permitirse los 600 euros que la vecina le pedía por el alquiler, con lo que la guerra continuó.